Tuesday, August 22, 2006

Entendimientos



No quería dejar de pasar más tiempo sin comentar una cosilla mínima, pero que en su momento me puso al borde de un cabreo sonado. Tan solo al borde, porque estaba de vacaciones -estado que no ha durado mucho, snif- y no era cuestión de acumular adrenalina, sino de todo lo contrario.

Y laboral es el comentario: a finales de julio las noticias se llenaban de diatribas contra los malvados trabajadores de handling de Iberia en el aeropuerto del Prat. El handling, en los aeropuertos, se ocupa de la penosa tarea de cargar y descargar los aviones de maletas, esos objetos tan propensos a perderse en el follón del tráfico aéreo del siglo XXI. Dichos trabajadores decidieron no aceptar las condiciones de huelga de servicios mínimos que se dictaban para el caso (el 90%) y declarar una huelga salvaje, cabrona, de resistencia, una protesta sin todas las de la ley, pero más eficaz, por una vez, que lo que suele suceder en estos casos.

No voy a discutir que la ocupación de las pistas fuera o no un delito. Lo era, es evidente. Pero, cuando llegamos a los resbaladizos terrenos donde moran los abogados, las cosas no son tan sencillas como parecen.

Por ejemplo, ¿cómo llamarían ustedes a estas medidas, legales o ilegales?:

-La última huelga "legal" de handling los servicios mínimos a que obligó la administración eran de un 90% de un día normal.

-Los trabajadores tenían ante sí el pase inmediato a microempresas fragmentadas con una garantía de dos años o el despido con 21 días de indemnización por año trabajado.

-Los trabajadores tuvieron conocimiento de este inquietante futuro de precariedad o paro justo en tiempo de vacaciones cuando más débil puede ser una respuesta ya de por sí débil al recordar precedentes de 'servicios mínimos' tan prepotentemente abusivos.

Observaciones recogidas todas ellas aquí .

Quizá no sean ilegales, pero, a mi modo de ver, entran dentro de esa categoría de actos que si bien son legales en la letra, ya no tanto en el espíritu.

Si nos fijamos en las cosas que pasan con el handling, solo estamos contemplando otro aplastamiento más de unas condiciones laborales ganadas con esfuerzo y luchas sindicales años atrás, usando el neoliberal buldozer de las privatizaciones, subcontratación, manipulación de la información y connivencia en el proceso con los poderes públicos.

Los sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT, parece que, como siempre en estos casos, recomendaron moderación. Bien, hicieron su papel una vez más, pero no funcionó, esta vez no, y espero que sea un síntoma de que algo está cambiando.

Quizá por eso quien se hizo adalid de la reconvección moral de los malvados trabajadores, no borreguiles por una vez, fue, nada más y nada menos que el presidente del socialista gobierno de España, el señor Zapatero :

(Zapatero) Dijo no entender esa manera de actuar de los trabajadores, invadiendo las pistas, un hecho "excepcional" pero inaceptable, cuando existe el derecho de huelga plenamente reglamentado.

"Vivimos en un país democrático donde cualquier reivindicación tiene unos cauces, que pueden llegar al ejercicio del derecho de huelga, a través de las fórmulas que están establecidas legalmente", subrayó Rodríguez Zapatero.

Lo creía mucho más inteligente, o mejor informado. No es difícil entender que alguien a quien, usando la ley sobre huelgas, le han tomado el pelo, la siguiente vez que surge una
convocatoria parecida no se fíe de ella. Eso se aprende cuando eres niño y te quemas por primera vez. Se llama experiencia.

Pero la cosa no es ya solo eso. Todo tiene un límite. Dice un viejo aforismo que nunca, nunca, pongas a alguien contra la espada y la pared, porque una vez que no tenga nada que perder se puede volver muy peligroso. Por eso en los países donde mejor han sabido hacerse ricos los ricos (léase los USA) parece que cada vez les es más difícil vivir tranquilos. Hay rencor, y no me extraña. Ni toda la policía, ni todas la medidas legales, ni toda la manipulación informativa del mundo pueden impedir que un moribundo decida no morir solo, ni que un futuro esclavo de las subcontrataciones quiera no joderse altruistamente y en solitario.

Yo eso sí lo entiendo y muy bien.

7 comments:

Anonymous said...

El problema es que ésas medidas no perjudican a los privatizadores y a sus "ingenieros fiscales" sino a los simples pasajeros.

Al "capo" de turno (político o empresarial) se la trae floja que unos pocos aviones entren o salgan. O, ya puestos, si se estrellan o dejan de estrellarse.

Al fín y al cabo, y aún en los casos más extremos, ¿a quién importa si explotan unos cuantos vagones de ganado?

Edu said...

No tanto, la prueba la tienes en que las únicas huelgas que funcionan hoy en día son las que afectan a mucha gente, normalmente pasajeros. Sino a las huelgas de Renfe, de los pilotos y demás me remito.

enhiro said...

Me alegro mucho de haber leído tu post. Ya creía yo que era el único que pensaba eso.

Fremen, dime como haces una huelga sin que acaben pagando otros ciudadanos, sea de lo que sea. Yo prefiero solidarizarme y aguantarme, que aquí vamos todos en el mismo barco (menos unos cuantos).

Recuerdo que una amiga, profesora, contaba que una de las técnicas que le enseñaban para controlar una clase era hacer ver al resto de la clase que la actitud del alumno díscolo también le perjudicaba a ellos. Ahora esa técnica la han pervertido y la estan usando, via medios de aborreguización de masas, con todos los ciudadanos. Cada vez que hay una huelga no se hace maś que presentar a los huelguistas como esos demonios que estan perjudicando al resto de los ciudadanos con sus acciones. Y lo peor es que está colando.

Anonymous said...

No, no: si no estoy en contra del derecho a la huelga. Ni mucho menos.

Lo que me preocupa es que como trabajadores no pintamos una mierda. Somos cada día más prescindibles y las huelgas clásicas (esas de dañar al empresario parando la producción) ya importan muy poco, porque el dinero no está en la producción sino en la especulación financiera.

Así que las huelgas que aún hacen algo son las que, efectivamente, incluyen un factor de "secuestro" de otros ciudadanos. Que generalmente son otros trabajadores igualmente puteados.

Pero vamos: que no me opongo (ni estoy a favor). Es el caso de malo por un lado y malo por el otro.

Otra cosa es que usasemos el poder que de verdad tenemos; no como trabajadores sino como consumidores. Si (ejemplo tonto) boicoteasemos los productos de empresas que subcontratan con ETTs, probablemente tendrían que dejar de hacerlo. Pero éso requeriría mucha conciencia, mucha organización y que los sindicatos dejasen de mirarse el ombligo y estuvieran por la labor.

Edu said...

Yo empiezo a ser pesimista: vivimos la locura del negocio virtual, financiero, sin ninguna base real. Antes coexistía el mercado del dinero inexistente y especulativo con el productivo (coexistía, por que al principio del todo era mucho más importante el productivo). Y lo malo de esa orgía especulativa es que al final los pies de barro no pueden aguantar tanto peso muerto. Espero que el final de la fiesta no sea el mismo del 1929.
Lo jodido de todo, lo peor, lo que más me duele, es que tenemos el potencial técnico y económico para instauar una auténtica edad dorada, sin necesidad de trabajar más que un rato al día, trabajo de verdad, el productivo, no el estúpido, el trabajo para producir más trabajo o para justificar jefes que es el único que prospera hoy en día.
Claro que para que eso funcionase quizá tendríamos primero que ser sojuzgados por una megahipercomputadora que fuese totalmente objetiva. Suena mal, a dictadura, lo sé.

Anonymous said...

A mí lo que más me duele es estar muriendome. Cuando, de emplear con una pizca de sabiduría los recursos que tenemos, muy probablemente pudieramos evitarlo.

Edu said...

Respecto a la muerte... acabo mismamente de ver un episodio de House, al que confieso me he enganchado, que trata precisamente de eso. Y me reitera una vez más en lo que yo pienso, no es cuestión de morirse o no (que te mueres al final, más tarde o más temprano. La inmortalidad no la veo a corto plazo, la verdad) sino de como vives el tiempo que te tocar vivir. Eso si es importante.