Monday, November 10, 2008

Milagros de Vida


Es la autobiografía de James G. Ballard, terrible dinosaurio literarios del siglo XX y uno de mis escritores preferidos. No soy un devoto del género de las autobiografías, pero en este caso, y como casi todo lo que sale de la pluma de ese señor merece la pena. Escueta, asombrosa, sincera hasta dónde me ha sido dado conocer, autoanalítica, capaz y a ratos líricamente árida que no es lo mismo que árida líricamente sino todo lo contrario.

Para los lectores de sus libros, es un mosaico empedrado con sus inspiraciones y también una concesión a la claridad, al lado luminoso de la mente de un escritor que ha sido sincero al realizar la autopsia de las perversiones colectiva del siglo XX a través del hilvanado de sus propias obsesiones. Como el humorista que en privado es un cenizo, Ballard, profeta de la autolisis mental, de la surrealización de la realidad, se autodescribe como un optimista y amoroso padre-madre de familia apegado a sus mujeres y sus hijos. 

Y para el lector de Ciencia Ficción, perlas como su relación con Moorcock y las consideraciones acerca de la Ciencia Ficción vista como herramienta de disección del futuro o como protectora del Status Quo. 

Imprescindible. 

3 comments:

Juanma said...

Totalmente de acuerdo con tu apreciación.

Otra de las (muchas) cosas que me encantaron del libro es la carga digamos desmitificadora de la aureola de autor maldito. Ballard se presenta a sí mismo como un señor de clase media que se dedicaba no se sabe muy bien si a cuidar o a ser cuidado por sus tres hijos (enviudó muy pronto) y por las noches se dedicaba a escribir para aliviar sus frustraciones de clase media. Tal como lo presenta, parece uno de sus propios personajes.

Es muy recomendable leer El imperio del sol y La bondad de las mujeres después de haber terminado Milagros de vida, para comprobar qué había de autobiográfico y qué de ficticio en ellas.

Por lo que nos contaba Marcial Souto en la presentación de la exposición sobre Ballard que se está celebrando en Barcelona, el hombre está muy malito. Una pena.

Edu said...

Desde luego yo tenía una imagen de él mucho más literario-romántica, más chunga, de la que he descubierto en sus memorias. Ahora bien... ¿cuando unas memorias no han sido otra forma de literatura? quiero decir con esto que me encanta la visión que da Ballard de si mismo, aunque como todas las autovaloraciones seguro que no es objetiva.
Tengo que leerme la bondad de las mujeres. Me acuerdo de muchas obras de Ballard que van saltando de la mente al leer Milagros de vida, el que más me ha gustado, el avión chino destrozado en mitad de la alta hierba. Tambien hay un "momento atiza" en la descripción de ese amigo del campo de Lunghua que no es otro que el Jim del imperio del Sol. En ese momento dude de si estaba leyendo una novela de Ballard o una biografía.
Y sí, una pena que este tan enfermo, y siendo egoísta, aún podría haber escrito muy buenas obras, no le veo para nada flojo de forma. Me ha fascinado lo último que he leído de él.

Alejandro Caveda said...

Dios mio... He estado una temporada sin poder pasar por aquí, vuelvo y me encuentro con que le has cambiado la cara al blog por completo. Sin desmerecer a la versión anterior, está genial, espero volver en breve y echarle un vistazo con más calma. Hasta entonces un abrazo.