Monday, November 27, 2006

La publicidad lo es todo


No por llevar ya unos añitos con nosotros, dejan de fastidiarme. Son las pantallas del metro de Madrid, teles gigantes para los que esperan en el andén. Al principio eran mudas, si querías mirarlas, las mirabas, y, si no, a embeberte en tu libro, o en lo que quisieras. Pero, a algún iluminado se le ocurrió pensar que si podías escaparte de ellas, y seguir con tu libro o revista, ibas a dejar pasar la estupenda oportunidad de ver un anuncio más. Claro, eso es intolerable, hay que ver muchos anuncios, todos, para que la economía siga viva, y nosotros, los ciudadanos, cada vez más muertos. Así que les añadieron sonido, así no hay opción. Si quieres huir de los atascos en superficie, usar un transporte público, ecológico y lógico, barato y eficaz (quitando la epidemia de cortes y obras que vivimos), puedes, pero tienes que pagar el precio de escuchar, por cojones, las puñetaras, insidiosas y odiosas musiquitas de los anuncios. Supongo que para la mayoría de la gente no es mucho problema, viven con la tele encendida, hora tras hora, viendo programas escondidos entre largas ristras de anuncios machacones, alienantes, manipuladores. Yo no tengo tele, no estoy vacunado, me dan grima, alergia, me producen una hinchazón incontenible del órgano de la indignación.
¿Cuál es el objetivo? ¿Fastidiarle la vida a los usuarios del metro? Supongo que no. ¿Ganar dinero con la publicidad y, con esas ganacias, mejorar el servicio?, quizá es eso. ¡Ah, vale!, o sea que en vez de pagar mis impuestos y que estos se aprovechen para fomentar el transporte público, ahora la recaudación se va a hacer vía las empresas: yo compro sus productos y parte de las ganancias se emplean en crear y contratar publicidad, que luego sirve para pagar el transporte público. ¿Que no es eso?, entonces ¿para qué sirven las pantallas intrusivas? Se me pueden ocurrir muchos y muy malsanos -si se oyen consignas, no se piensa; si no se puede leer, mejor; si alguno se escapa del sistema, le cogemos en el metro, de donde no puede huir- pero no quiero volverme realista, digo... paranoico.
Me parece a mí que algo huele a podrido en Metromadrid, y no me refiero a los olores a alcantarilla que, de vez en cuando, nos hacen fruncir la nariz.

Tuesday, November 07, 2006

Ignotus 2006


De Dos Hermanas me he traído un monolito. Sé que no es de materia degenerada, ni podré encender una estrella con él, ni tampoco me servirá para un ácido viaje multicolor en el que me encontraré con el futuro de la raza humana; es aún más valioso: Los aficionados a la Fantasía y a la Ciencia Ficción que acudieron a la Hispacon de Dos Hermanas y los miembros de la AEFCFT que votaron a distancia, decidieron conceder a Danza de Tinieblas el enorme honor de ser nombrada como mejor novela.
Los premios son símbolos, y como tal interpreto éste. Ya intenté decirlo en la cena de la convención, aunque no sé si lo supe expresar bien: el mayor premio es saber que todos esos aficionados que me han votado, han disfrutado de mi libro.

El arte es, en esencia, comunicación. Saber que algo que se ha creado con esfuerzo e intención, ha logrado llegar a sus destinatarios, es uno de los mayores goces que tiene trabajar en esta empresa a dos bandas, lectores y escritores, que es la literatura.

Gracias.

Gracias también, una vez más, a aquellos que me ayudaron a que la obra llegase a los lectores: a Paco por publicarla, a Nati por ayudarme a corregirla, a Luis, Alejandro y Julián por criticarla lo suficiente como para destacar sus fallos y no tanto como para deprimirme.

DHcon 2006


Hace quince días que no actualizo el blog. En mi descargo, he de decir que mi vida estos días ha sido complicada. Luego comentaré en otra entrada esta etapa y las causas de las prisas, ahora solo quiero hablar del colofón con el que ha terminado el mes, la Hispacon de Dos Hermanas.

Tras un par de años de vacaciones hispaconeras, Vigo y Cádiz creo que fueron, (por muchos motivos estaba un poco necesitado de descanso), había decidido acercarme a Córdoba a reencontrarme con los amigos que había dejado de ver, y por conocer a los nuevos integrantes de esta gran familia de aficionados a la cf y fantasía, entre la que felizmente me incluyo. A medio camino, a última hora, el proyecto Córdoba cayó estrepitosamente. No ha sido la primera vez ni la última que sucede algo así, pero, y ahora viene lo bueno, igual que en Xatafi se consiguió remontar brillantemente similares circunstancias, con aún mayor premura, se ha vuelto a lograr un buen resultado.

Dicen que los españoles somos maestros en las reacciones rápidas, los exitosos apaños de última hora y flojeamos en la planificación a largo plazo, en hacer las cosas con tiempo, vamos. Será que es verdad, porque esta Hispacon de urgencia nos ha regalado tres días intensos, en que las dos centenas de aficionados que suelen juntarse en estas cosas, nos hemos reunido, hemos charlado, reído, y disfrutado de nuestra mutua compañía atendiendo o asistiendo a las conferencias y mesas redondas. Y todo en un clima de afabilidad como hacía tiempo que no veía.

Por tanto, como de bien nacidos es ser agradecidos, solo puedo dar gracias a los que tienen el mérito:

Gracias a los organizadores por dejarse la piel, conozco los esfuerzos que demanda una Hispacon y es muy duro. Gracias también a la gente de las bibliotecas de DH, por ceder tan adecuados locales y ser estupendos anfitriones. Gracias a la junta de la AEFCFT, que también arrimaron el hombro, a los que han puesto stands, a los que participaron en conferencias y mesas redondas y a todos aquellos que han colaborado para que todo haya salido tan bien.

Ha sido un verdadero placer.