Wednesday, May 24, 2006
Cinco minutos
El otro día fui a ver The World's Fastest Indian, la película que cuenta la hazaña de Burt Munro, un Neozelandés friki de las motos, que empeñó media vida en conseguir un récord de velocidad con la vieja moto que se compró de joven. Lo consiguió, fue a Bonneville, a ese famoso lago salado donde se consiguen los asombrosos récords de velocidad en tierra, y batió un récord modesto, aunque no por ello menos valioso, sobre todo dados los medios con los que partía.
La película no está mal. No es una obra maestra pero tampoco se sumerge en los terribles abismos de sentimentalismo barato a que la historia podría conducir, muy al estilo historias verdaderas de "Estrenos Televisión". Se ve con agrado, sobre todo si te gustan esas increíbles máquinas que son las motos, como es mi caso.
Pero no quería contar ni juzgar la película, sino poner por escrito un par de reflexiones que me surgieron al terminar de verla.
La primera: Burt se da cuenta de que aún no ha ido a probar su máquina en las condiciones idóneas, a competir por el récord en las llanuras saladas de Utah, y es ya mayor. El tiempo se le está acabando. Se nos acaba a todos, a poco que te descuides es tarde para lanzarse a la aventura particular de cada uno, a luchar por eso que estás retrasando a veces de manera ilógica, abusando de subterfugios de la mente para no confrontar tus esperanzas con el éxito o el fracaso. No hay mayor fracaso que morirse, todos somos perdedores. Lo demás... ¿qué importa? por tanto no hay excusa, mejor morir peleando en busca de esa meta personal, como Burt. Al menos intentarlo será más divertido que inventar excusas.
La segunda: El título de esta entrada en el blog es Cinco minutos. Extracto de una conversación de Burt en la película:
Tom: Aren't you scared you'll kill yourself if you crash?
Burt Munro: No... You live more in five minutes on a bike like this going flat out than some people live in a lifetime.
Traduciendo:
Tom: ¿No te asusta matarte en un accidente?
Burt Munro: No... se vive más en cinco minutos yendo a tope en una moto como esta de lo que mucha gente vive en toda su vida.
Y es cierto. Cinco minutos en una moto se viven muy intensamente. Tengo moto desde hace poco, menos de tres años. Sé que es peligroso conducir una, me sé de memoria las estadísticas de tanto repetírmelas todo el mundo, pero no puedo dejar de estar de acuerdo con Burt. No quiero café que no sea café, no quiero árboles de plástico, no me gusta la cerveza sin alcohol y quiero que mi vida tenga, de vez en cuando, tan solo cinco minutos de moderado going flat, de viento rugiendo contra el casco y de un motor que empuja como un cohete justo debajo tuyo hasta casi levantar la rueda delantera.
Y además, se aparca encima de la acera y no hay que usar los horribles parquímetros que invanden Madrid.
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5 comments:
Increíble. Totalmene de acuerdo, aunque yo no soy amante de las motos, pero sí de la vida. Así que, quiero café que sea café... ya me entiendes.
Enhorabuena por tu forma de ser.
Es un fenómeno que vengo observando desde hace tiempo. Existe un producto, un bien x con unos valores intrínsecos (llámese café, jabugo, etc.), con el tiempo la gente se entera de que algo bueno existe y como, en general, el género humano no es tonto, quiere disfrutar de ese bien, pero... y ahora viene lo malo, somos tantos en el planeta que no se puede obtener ese bien con calidad, no hay para todos, pues se inventa un sucedáneo y se le pone el mismo nombre y listo. Ya se encargará la publicidad de convencerte de que el sucedáneo es incluso mejor que original. Pues no, soy muy cabezón, me niego a los sucedáneos, prefiero tomar una sola taza de café al año, una sola tableta de chocolate, pero que sea de verdad.
Y pensando, pensando... no nos habrán ya colado otros sucedáneos más peligrosos: Libertad, derechos humanos, justicia, democracia, libertad de prensa. Qué horrible es despertar a la sospecha.
Recuerdo 5 minutos en una moto contigo y puedo decir que viví mucho... sobretodo viví mucho miedo XD
Xagerao, eso fué con la moto antigua, la nueva corre más. :))
Doy fe de que se vive mucho miedo, Truman, también de que la nueva corre más. Doblemente peligrosa.
Aparte de las reflexiones señaladas sobre la peli, hay otra constante en ella del viaje como camino vital para conseguir una meta personal y muchos ecos de Una historia verdadera, de David Lynch, mucho más recomendable que esta.
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